viernes, 12 de abril de 2013

En Francia quien contamina y quien consume el agua debe pagar

Expertos franceses en la gestión del agua compartieron las buenas prácticas y experiencias que les ha llevado a garantizar la calidad y acceso de este recurso a los habitantes de su país. Además de una Ley de Aguas, consideraron que en El Salvador es necesario un buen tratamiento del agua para evitar escasez del recurso.


El agua es un bien estratégico, raro, necesario y limitado para el desarrollo de la vida, por lo que su gestión y tratamiento se encarece conforme pasan los años. Esa ha sido la experiencia francesa en cuanto a esta materia.

Expertos franceses en la administración y gestión del recurso hídrico afirman que si El Salvador, además del establecimiento de una Ley de Aguas, no logra hacer cumplir dichas normativas a nivel local-municipal será inútil el esfuerzo y el recurso seguirá siendo escaso para las mayorías y carísimo para los que puedan pagarla.


Desde 1964, año en que se creó la Ley de Aguas de Francia, se viene  gestionando institucionalmente y de manera sistemática el recurso para garantizarla en cantidades suficientes, sanas y sostenibles, sin dañar el medio ambiente.

Desde entonces, el modelo que más ha funcionado en territorio francés es la gestión descentralizada, creando “parlamentos del agua” que tienen como misión realizar programas de acción y apoyo a las iniciativas de gestión y tratamiento del recurso.

Pero la función y prestación del servicio de agua no ha sido sólo crear institucionalidad para garantizar ese derecho y servicio, sino sensibilizar a la gente de que el agua debe cuidarse y pagarse.
Bruno Rémont, de la Agencia del Agua de la región Ródano Mediterráneo Córcega, al sur del país europeo, comenta que ha sido necesario crear seis agencias de agua en Francia para administrar 12 cuencas hidrológicas, comités de agua locales e impuestos para hacer sostenible este servicio.

Los Comités de Agua son pequeños parlamentos compuestos por representantes del Estado, personal de la agencia del agua, usuarios y representantes políticos que entre sí eligen a su presidente y se encargan de recibir los impuestos por el consumo y el tratamiento del líquido, así como redistribuir esos ingresos como incentivos a las comunidades que cuidan y protejan el recurso hídrico.
La legislación francesa ha logrado ser muy drástica en cuanto a casos de contaminación de los recursos hídricos y quien contamina algún río, lago, océano o manto acuífero, debe pagar el alto costo de ese daño.

Según la experiencia y planteamiento de Rémont, el impuesto al agua ha servido como una contribución de los usuarios para preservarla, cuidar los medios acuáticos y reducir la contaminación de los mantos freáticos.

De hecho, los expertos comentan que quienes actualmente pagan más por el agua son los usuarios domésticos, a quienes les cuesta 3 euros ($3.93) el metro cúbico. La cuota incluye el pago por el servicio del agua y el tratamiento para potabilizarla otra vez.



Haciendo la comparación con el caso salvadoreño, alguien que gaste 20 metros cúbicos con el subsidio que da el gobierno paga un promedio de $5.00 por esta cantidad de agua consumida en un mes. En Francia se podría llegar a pagar fácilmente $78.60 por el mismo consumo.

Curiosamente, el sector industrial es el que menos factura en el consumo de agua, ya que se han preocupado mucho por utilizarla bien, no contaminar los mantos acuíferos e incluso han instalado sus propias plantas de tratamiento. No así el sector agrícola, que por el uso excesivo de fertilizantes, paga pocos impuestos y contamina mucho los mantos acuíferos.
Los técnicos franceses aseguran que existen soluciones técnicas para hacer llegar agua a la población, pero el producto no puede ser gratis. Para completar el ciclo es necesario extraerla, recolectarla, potabilizarla, distribuirla y tratarla, para lo cual se requiere crear fuentes de financiamiento que aseguren un servicio y producto de calidad.

Conocieron el Puerto de la Unión, donde todas las aguas negras se vierten al océano, tienen cuatro plantas de tratamiento del agua, de las cuales una no funciona y otra está por colapsar, y aun así se apuesta por explotar el Golfo de Fonseca a nivel turístico. Si se tiene proyectos de desarrollo territorial, no podrán ser exitosos si no se tiene un buen manejo y tratamiento del agua.


Información proporcionada por Transparencia Activs.-

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