lunes, 24 de febrero de 2014

LOS ÁRBOLES Y EL EFECTO INVERNADERO


El calor de la Tierra es retenido en la atmósfera debido a los altos niveles de dióxido de carbono y de otros gases que atrapan el calor y no permiten que éste sea liberado al espacio, creando así el fenómeno conocido como “efecto de invernadero”.

El efecto de invernadero es creado cuando el calor del sol entra a la atmósfera y los gases contaminantes del aire no permiten que éste sea reflejado de vuelta al espacio. La acumulación de sobre 40 gases retenedores de calor es creada mayormente por actividades humanas. La acumulación del calor amenaza con elevar las temperatura del globo a niveles sin precedentes en la historia.

Los árboles actúan como filtros removiendo el carbono del C02 y almacenándolo como celulosa en el tronco mientras devuelven oxígeno a la atmósfera. Un árbol saludable almacena aproximadamente 13 libras de carbono anualmente o, 2.6 toneladas por acre cada año.

Los árboles también reducen el efecto de invernadero al darle sombra a nuestras casas y edificios de oficinas. Esto disminuye la necesidad de usar acondicionadores de aire hasta 30 por ciento, reduciendo así la cantidad de combustibles fósiles que se queman para producir electricidad.

Esta combinación de eliminación de C02 de la atmósfera, almacenamiento de carbono en la madera y el efecto de enfriamiento, hace de los árboles unos medios bien eficientes para combatir el efecto de invernadero.

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